Table Of ContentEn el nion anual, la Academia
1 t nacional de Filosofía de las
,1 11c1as acordó consagrar sus se-
s1onts a examinar el problema de
la explicación bajo sus diferentes
a pee 0 y en las distintas cien
cias: exac as, naturales y humanas.
Este volumen reúne el conjunto de
las comunicaciones y ponencias
presentadas. En la Introducción,
Jean Piaget subraya la complejidad
del problema, pero también su po
sible simplificación si nos atene
mos al estrecho paralelismo que
existe entre las operaciones y la
causalidad, es decir, entre las es
tructuras propias de las ciencias
deductivas y aquellas que operan
en el terreno de las ciencias de lo
real.
Cada sector está aquí examinado
por especialistas en ciencias exac
tas, naturales o humanas: J. Ladrie
re, para la explicación en lógica,
J. T. Desanti, para la explicación
en matemáticas, F. Halbwachs y
R. García, para la física, 6. Cellé
rier, para la biología, H. Sinclair de
Swaart, para la lingüística, G. G.
Granger, para las ciencias sociales,
etcétera.
En sus observaciones finales, Jean
Piaget constata que, más allá de la
diversidad de las disciplinas aquí
estudiadas, son más los puntos de
contacto que las disparidades en
lo que atañe ai problema de la ex
plicación, perfilándose como vía de
confluencia lo que el mismo Piaget
denom·na «estructuralismo cons
truct:vi sta".
C · erta oeest/Hoverstad
Aposte!, Cellérier
Desanti, García, G ranger,
Halbwachs, Henriques, Ladriére,
Piaget, Sachs, Sinclair de Zwaart
La
explicación
en las ciencias
Coloquio de la Academia Internacional
de Filosofía de las Ciencias con la
asistencia del Centro Internacional
de Epistemología Genética
(Ginebra 25-29 septiembre 1970)
Ediciones Martínez Roca, S. A.
Título original: L'explication dans les sciences, publicado por Flammarion
l!:diteur, París, 1973.
Traducci6n de Josep Dalmau Ferrán
© 1973, Flammarion
© 1977, Ediciones Martínez Roca, S.A.
Avda. José Antonio, 774, 7.0, Barcelona-13
ISBN: 84-270-0427-3
Depósito legal: B. 39.250-1977
Impreso en. Vicsan S.A., Maria Victoria, 11, Barcelona-14
Impreso en España -Printed fn Spaln
Indice
Prólogo, por lean Piaget . 9
' l introducción: El problema de la explicación, por
] ean Piaget . 11
1 2 La explicación en la lógica, por ]ean Ladriere . 22
3 La explicación en matemáticas, por ]ean T. De-
santi 59
4 Historia de la explicación en física, por F. Hal-
bawchs . . . . . . . . . 74
5 La explicación en física, por Rolando García . 102
6 La explicación en biología, por Cuy Cellérier . 118
7 La explicación en lingüística, por Hermine Sinclair
de Zwaart . . . . . . . . . . . 129
8 La explicación en las ciencias sociales, por Gilles
Gastan Granger 143
9 Explicación y dialéctica, por Ignacy Sachs. 161
10 Sobre la contradicción en la dialéctica de la natu-
raleza, por Rolando García 169
11 Explicación y asimilación recíproca, por G. V. H en-
riques . 180
... 12 Observaciones sobre la noción de explicación, por
Leo Apostel . . . . . . . . • 199
13 Notas finales, por ]ean Piaget • 206
Prólogo
En su sesión anual de 1969 la Academia Internacional de
Filosofía de las Ciencias, bajo la presidencia de F. Gonseth,
decidió dedicar la sesión de 1970 al examen del problema de la
explicación bajo sus diferentes aspectos y en las distintas cien
cias, exactas, naturales y humanas. Decidió también celebrar
el coloquio en Ginebra y encargar al director del Centro Inter
nacional de Epistemología Genética su organización, escogien
do los ponentes entre los miembros y colaboradores de las dos
instituciones. En la presente obra se ha reunido el conjunto
de esas ponencias. No obstante, existen una o dos modificaciones
que es necesario señalar.
En primer lugar, el gran biólogo Ch. Waddington había
aceptado, inicialmente, hablar de la explicación en biología;
pero en el último momento le retuvieron ocupaciones que no
había podido prever: su condición de profesor invitado en
los EEUU. Pudo ser reemplazado precipitadamente, pero con
pleno éxito, por G. Cellérier, director adjunto del Centro de
J.
Epistemología Genética. L. Prieto nos anunció, ya iniciadas
las sesiones, su imposibilidad de asistir. H. Sinclair de Zwaart,
que representa la psicolingüística en nuestro centro, aceptó
encargarse de la ponencia acerca de la explicación en lingüís
tica. Sin embargo, por falta de tiempo, su trabajo no pudo ser
discutido en la sesión correspondiente.
Por otra parte, lamentablemente, ha sido imposible obtener
el manuscrito de P. Gréco acerca de la explicación en psicolo-
9
gía, pero sus ideas sobre el tema ya han sido divulgadas en
otra parte.1
L. Aposte! nos presentó durante el coloquio una ponencia
muy técnica sobre la explicación según el positivismo lógico,
que era, de hecho, un estudio crítico de las ideas de Hempel.
El manuscrito redactado posteriormente resultó excesivamente
largo para un problema tan concreto. Solicitamos a Apostel un
resumen notab1emente abreviado. Ahora bien, a pesar de que
el resumen se hizo esperar mucho tiempo, el lector se sentirá
recompensado ya que nuestro colega, cuya fecundidad es cono
cida, modificó sensiblemente sus posiciones en el lapso que
separa los dos textos y, .finalmente, nos dirigió una corta nota,
pero extraordinariamente sugestiva por la evolución que mar
ca hacia un historicismo bastante radical y, en parte, imprevi
sible en alguien como él.
Es necesario también indicar que l. Sachs se limitó, por su
modestia, a tratar solamente de la dialéctica en la ciencia eco
nómica, y que nosotros hemos creído útil publicar a continua
ción de su capítulo "Explicación y dialéctica" una interesante
discusión, de R. García, acerca de la "Contradicción en la dia
léctica de la naturaleza".
Señalemos .finalmente que durante las sesiones se dedicó un
día a festejar el ochenta aniversario de F. Gonseth, en el curso
del cual el presidente de la Academia expuso de forma emo
tiva el papel que el diálogo ha tenido en su carrera y en la
formación de sus ideas.
JEAN Pl.AGET
l. Véase Logique et Connaissance actentifique, iEncyclopédie de la
Pléiade, pp. 927-991.
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Introducción: El problema de la
explicación
Por Jean Piaget
Ya Cournot distinguía dos tipos de demostraciones en mate
máticas: las que son simplemente lógicas, que facilitan la veri
ficación de un teorema pero no dan su razón, y las que llama
remos explicativas porque se refieren a la razón de la propo
sición. Diremos, en efecto, que explicar es responder a la pre
gunta "¿por qué?", es comprender y nusólo constatar. Dicho
de otra forma, es separar la "razón" en el terreno de las cien
cias deductivas, y la "causalidad" -a pesar de que la palabra
pueda ser peligrosa- en el terreno de las ciencias físicas.
Ahora bien, tanto la razón como la causa conllevan dos ca
racteres antitéticos, cuya unión precisamente es problemática.
~ El p1imero de estos aspectos es, naturalmente, la necesidad
intr~nseca: s~arar la razÓ:Q_de~ullJ<i~~~ !_~~YE~d forrp<i!2~!~~al,
•@f""fn.~ que es necesaria y, en consecuencia, es apoyarse
/lsobi:e~un ·modelo ""deductivo"'.\\ No obstante, simultáneamente,
~j)~ali-.~raz-91L~~ -capfui<lo. que_ hay ~e _,i:iue".:~~n ella, es
justificar una construcción efectiva. Eri otro caso~ncf'"s'i:f' com
prende el cambio en el terreno de las realidades físicas o en la
producción de avances propios de los descubrimientos mate
máticos. En otros términos, buscar la razón o la explicación es
admitir implícitamente la insuficiencia de un simple reduccio
nismo. Éste, por otra parte, puede presentarse bajo dos formas.
Llamaremos, en primer lugar, reducciones externas a las que
consisten simplemente en hacer entrar en el marco de una ley
general una fey más o menos particular o especial. El reduc-
11
cionismo externo será, pues, el encuadre de lo especial en lo
general; lo que, naturalmente, no explica nada y se limita a
desplazar el problema: si se indica de esta forma la razón de
la ley particular, falta aún encontrar la de la ley general.
Existe, además, un reduccionismo que se puede llamar in
terno y que busca la razón de una nueva realidad en el su
puesto de que ·estaba preformada o predeterminada en alguna
realidad anterior. Se piensa, entonces, en la obra tan instruc
tiva y notablemente paradójica de Émile ,Meyerson, que inten
taba reducir la explicación a la identificación: explicar es mos
trar lo que ha sido preformado en el estadio anterior. Por ejem
plo (y Meyerson cita a menudo esta frase de Bossuet), "el ca
pullo explica la rosa". Explicar significa aquí, en sentido propio,
surgir de sus pliegues o separar en el efecto lo que ya estaba
anteriormente contenido en la causa. Pero el mismo Meyerson
ha hecho lo posible por mostrar que su identificación fracasa.
Fracasa en el terreno físico porque no explica lo diverso, y así
lo "real" es entónces "irracional". Su identificación no explica
tampoco las matemáticas, ya que, si bien reconoce su creativi
dad, concluye sin ninguna vacílación que dejan de ser rigurosas
en la medida en que introducen lo nuevo y no son exactas ni
necesarias más que en la medida en que permanecen en sus
identidades. Pero este fracaso de la identificación, deseado -por
así decirlo- por su protagonista, es sólo un ejemplo. En todos
los campos se encuentra un fracaso análogo del reduccionismo.
La reducción integral de las matemáticas a la lógica, en la cual
soñaban Russell y Whitehead en los Principia, no es sostenible
hoy, después de los teoremas de Goedel y de muchos otros.
En el terreno físico, las reducciones, que se han buscado du
rante décadas, del electromagnetismo a la mecánica, han fraca
sado y han acabado en una asimilación recíproca en lugar de
una reducción simple (incluso en el caso de la dinamogeome
tría contemporánea de Mismer y Wheeler). Dicho de otra ma
nera, no parece que la explicación en las ciencias sea compa
tible con el reduccionismo bajo las dos formas que hemos re
cordado.
Pero entonces, la explicación o la búsqueda de la razón de
las cosas comporta una paradoja: se trata, por una parte, de
conciliar la necesidad con la producción de cambios y, por
otra, con la construcción de novedades.
Dicho de otro modo, nuestro problema central es compren
der las innovaciones como necesarias. No deben ser compren-
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