Table Of Content1
ARPAS ETERNAS TOMO 2
HILARION DE MONTE NEBO
ARPAS ETERNAS
Alborada Cristiana
JOSEFA ROSALÍA LUQUE ALVAREZ
(Hilarión de Monte Nebo)
Tomo II
www.gftaognosticaespiritual.org GRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL
2
ARPAS ETERNAS TOMO 2
HILARION DE MONTE NEBO
JOSEFA ROSALÍA LUQUE ALVAREZ
Esta insigne espiritualista argentina, nació en la ciudad de Villa María, Provincia de
Córdoba, el 18 de marzo de 1893, y pasó al más allá el 1° de agosto de 1965. Conocida en la
intimidad como Mamina, fue un ser de gran sensibilidad, inegoísta y humilde, con un caudal
de amor tan extraordinario que le permitió realizar los más grandes sacrificios
Más de treinta años en unión de sus Guías espirituales, le llevó dar término a su obra y a
su pacto con el Amado, con el Gran Instructor de nuestra humanidad: Cristo, que tanto
significó para ella, como para todas las almas que le pertenecen desde tiempos remotos.
Escritora genial, dotada de una mente cual lente de cristal purísimo, concebía sus inspiradas
obras viendo desarrollarse las escenas como en una película, pero con vida propia, sintiendo
en sí misma todo el amor y el dolor de los personajes que intervenían, lo que en forma de
relato o diálogo era luego volcado a la escritura con tal vivencia, que al leerse se interviene
sin querer en el argumento como parte integrante del mismo.
La instructiva lectura de sus iluminadores libros titulado»: Orígenes de la Civilización
Adámica; Arpas Eternas; Cumbres y Llanuras; Moisés; Pequeñas Joyas Espirituales; El
Huerto Escondido; como también de sus numerosas poesías místicas y profanas, llevan a
todo corazón con profundidad de sentimiento y meridiana claridad, ese conocimiento, bondad
y paz, que son expresiones del Divino Amor y la Eterna Belleza.
www.gftaognosticaespiritual.org GRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL
3
ARPAS ETERNAS TOMO 2
HILARION DE MONTE NEBO
EL ARCHIVO DE RIBLA
En la caravana comenzó a extenderse un rumor sordo de conversaciones y de protestas,
contra la injusticia de los poderosos que reinaban entonces.
—Ya vendrá el Mesías que Israel espera —dijo por fin un viejo rabino— que venía desde
Judea y él pondrá todo en orden como Dios manda.
— ¡Oh que venga pronto! —exclamaban varias voces a la vez— porque si tarda vamos
todos a morir de hambre.
— ¿Le esperáis para pronto?—preguntó uno de los Esenios.
—Es que ya debe estar aquí —volvió a decir el viejo rabino—. Y no acierto con el misterio
que hay que no se descubra ante su pueblo.
Niño, tú que pareces un esbozo de profeta de Dios —dijo dirigiéndose a Jhasua—. ¿No
podrías decirnos si ha venido y dónde está el Mesías que espera Israel? Los Esenios
prestaron toda atención a la respuesta que iban a oír.
—Israel espera un Mesías que le haga poderoso para dominar al mundo —contestó
Jhasua—. Y yo creo que el Altísimo no enviará su Hijo para que los hombres se maten en
guerras de conquista sino para que se amen unos a los otros como cada cual se ama a sí
mismo
—Moisés salvó a Israel del yugo de los Faraones de Egipto y también fue el hombre
enviado por Jehová en beneficio de su pueblo —arguyó el rabino—. ¿Por qué pues no
podemos esperar que el Mesías sea el libertador de Israel del yugo romano?
—El yugo romano es una pajilla si se le compara con el yugo de los Faraones —dijo otro
de los viajeros—. Yo no miro con malos ojos la dominación romana.
— ¿Y sois vos un hijo de Israel? —preguntó escandalizado el Rabino.
—Justamente porque lo soy, miro las cosas desde el punto de vista de la conveniencia.
¿Qué sería del pobre pueblo hebreo sometido tan sólo a la autocracia de la casta sacerdotal
que lo absorbe y; domina todo en estos últimos tiempos?
—La autoridad romana les ha cortado un tanto las garras, y aunque son buitres que lo
devoran todo, por lo menos no son dueños de vidas y ha riendas. La autoridad romana, nos
defiende de la codicia sacerdotal. Yo lo entiendo así.
—Habéis desviado la conversación —dijo el Rabino—. Yo quería que ese zagalito rubio
se sintiera inspirado de Jehová y nos dijera si ha nacido el Mesías como indicaron los astros,
o si han mentido las estrellas como mienten los hombres.
—Los astros no han mentido, buen anciano — le contestó Jhasua mirándole fijamente a
los ojos—. El Mesías estará en medio de los hombres, pero escrito está, que los hombres de
su pueblo le desconocerán, porque sólo pueden reconocerle y sentirle los que quieren de
verdad ser purificados.
www.gftaognosticaespiritual.org GRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL
4
ARPAS ETERNAS TOMO 2
HILARION DE MONTE NEBO
"Israel quiere un Mesías rey de naciones, y está escrito que "El no romperá la caña que
está cascada, ni apagará la lamparilla que aún humea; que partirá su pan con los
hambrientos y que será llamado varón de dolores. El que tiene oídos, que oiga. El que tiene
inteligencia que comprenda". ¿No es así el anuncio de los Profetas?...
Una bruma de oro resplandeció desde lo alto del cerro tras el cual se escondía el so!, y la
cabeza rubia de Jhasua parecía irradiar un sutil polvillo dorado. Los Esenios clarividentes
percibieron una inmensa aureola de oro y azul que le envolvía hasta hacerle casi
desaparecer.
El anciano rabino fue de pronto iluminado por la luz divina porque era hombre justo y de
buena fe, y desmontándose de un salto se acercó a Jhasua y comenzó a besarle los pies
mientras Doraba a grandes sollozos.
—Tú eres el Mesías de Israel esperado, Niño de Dios!... exclamaba como enloquecido
dejando a los viajeros estupefactos, pues que la mayoría de ellos poca atención habían
puesto a los asuntos religiosos. He visto la luz de Dios sobre ti y el corazón no me engaña.
Los Esenios intervinieron.
—Montad buen hombre, que éste no es lugar para tratar estos asuntos. Cuando
lleguemos a Ribla hablaremos detalladamente —le dijeron.
—Ese viejo tiene el seso reblandecido —-decían algunos, y nos quiere hacer un drama
sacro a mitad de camino.
La mayoría de los viajeros diseminados unos detrás de los otros a lo largo del camino, no
se enteraron de esta conversación, pues sólo podían oírla los que marchaban junto al grupo
formado por Jhasua y los cuatro Esenios.
El rumor del Orotes lo dominaba todo y apenas dejaba oír la voz sonora del guía que
gritaba:
— ¡Alto!... Llegamos al Puente de las Caravanas y debemos hacer un breve descanso. . .
Se desmontaron para tenderse sobre el césped. La jornada había sido larga y el
cansancio se apoderaba de todos.
Las primeras sombras de la noche lo envolvían todo, con esa suave penumbra de las
noches de oriente que deja percibir todos los objetos como si el azul diáfano del cielo y las
primeras estrellas hicieran más tenue el manto de las tinieblas. Jhasua tendido cuan largo
era sobre el verde brillante del césped, parecía una estatua yacente de un Adonis dormido.
El viejo rabino se sentó hacia sus pies, para contemplar a su sabor aquel bello rostro
adolescente, entre un marco de cabellos bronceados que le caían abundantes Sobre los
brazos cruzados por debajo de la cabeza.
—He aquí el modelo perfecto para que un artista del mármol forge un Abel muerto —dijo
el anciano al oído del Servidor, que se sentó a su lado.
—O de un Abel dormido a las orillas del Eufrates —intercedió el Esenio— sacando
algunas viandas de su maleta de viaje.
www.gftaognosticaespiritual.org GRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL
5
ARPAS ETERNAS TOMO 2
HILARION DE MONTE NEBO
Los otros Esenios se unieron al grupo.
—Por piedad, dejadme entre vosotros—les dijo el viejo rabino—que prometo ser discreto.
Bien veis que casi estoy terminando mis días, y la luz que he vislumbrado, no quiero que se
apague más.
—Bien, vos lo habéis dicho. La luz que el Señor enciende nadie puede apagarla.
Quedaos pues y compartiréis nuestra cena.
El anciano viajaba con un criado, el cual abrió ante su amo una gran alforja repleta de
comestibles.
Hicieron mesa redonda con el rabino y su criado, y cuando todo estaba dispuesto, el
Servidor llamó suavemente a Jhasua..
— ¿Duermes Jhasua? —le preguntó.
—Soñaba —dijo incorporándose lentamente—. Soñaba que atravesaba por un desierto
abrasado de sol y que extenuado de sed me tendí a morir en un camino. Vi que un viejo
labriego me encontraba y me daba de beber. El anciano ése tenía el mismo rostro y
expresión que tenéis vos —dijo al Rabino.
Este miró a los Esenios como preguntando si el joven hablaba dormido aún.
—Los inspirados de Jehová —dijo el Servidor— reciben la luz divina en muchas formas.
Y acaso el sueño de Jhasua será una escena pasada o una escena futura.
—Ahora, a alimentar los cuerpos que pronto nos llamará el Kábir a las cabalgaduras.
—Y esta vez será para dejarnos a las puertas de Ribla —añadió, otro de los Esenios
haciendo las partes, de frutas, pan y queso que correspondía a cada uno.
Durante la comida intimaron aún más con el Rabino; y de esta intimidad resultaron
algunas confidencias inesperadas. Y así los Esenios y Jhasua supieron que el anciano
Rabino cuyo nombre era Miqueas, tenía varios hijos, uno de los cuales era Gamaliel, el joven
doctor "de la Ley que tanto había admirado la clara luz de Jhasua en la difícil y complicada
ciencia de Dios y de las almas, cuando a los 12 años le llevó José de Arimathea para que
escuchase a los Doctores y maestros de Israel.
Yerno suyo era Alfeo que vio a Jhasua en la cuna la noche de su nacimiento. Cuñada
suya era Lía, la viuda de Jerusalén que conocemos. Había pues vinculación directa entre él y
los amigos y familiares del Cristo que le conocieron desde su primera infancia.
— ¡Pobre de mí! —Decía condolido el viejo—. Todos habían visto la luz y sólo yo estaba
a obscuras...
— ¡Cómo se ve, que el secreto andaba entre Esenios, que así estuvo oculto durante
tanto tiempo!..
¿Cómo fue, que mi yerno Alfeo nada me dijo de esto? ¿Cómo calló así mi cuñada Lía,
cuando en varias ocasiones estuvo con Susana mi mujer?"
www.gftaognosticaespiritual.org GRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL
6
ARPAS ETERNAS TOMO 2
HILARION DE MONTE NEBO
—En los designios divinos —contestó el Servidor— todas las cosas tienen su hora, y
mientras esa hora no llega, densos velos encubren lo que el Eterno quiere que sea
encubierto. Acaso, por especiales combinaciones muy comunes en la vida humana, no
estarías en condiciones de saber estas noticias.
—Así es por desgracia —contestó el anciano pensativo—. Tenía yo una atadura de hierro
hasta hace cerca de dos años. Mi hermano mayor que murió en este tiempo, era el
intérprete, y traductor ^hebrea, que más apreciaba Herodes el Grande, cuya amistad, para
con el alto sacerdocio de Jerusalén era ocasionado por estas relaciones de mi hermano. Y
como por cuestiones de intereses yo dependía de él, siempre me encontré maniatado a sus
opiniones y modos de ver en todo orden de cosas. Su muerte me libertó de esta esclavitud y
recién ahora me considero hombre libre.
—Ya lo veis pues. Había una poderosa razón para que el Altísimo mantuviera velados
para vos sus grandes secretos —añadió de nuevo el Servidor.
— ¡Ahora sí que no os dejo escapar! —decía entre enternecido y risueño el anciano
Rabino, mirando a Jhasua que estaba muy ocupado en romper almendras y avellanas, para
que los comensales las encontrasen ya limpias.
—Ya veis —decíale, el jovial Esenio Melkisedec— habéis llegado al festín divino un tanto
retrasado, pero aún tenéis la satisfacción de ocupar un puesto en la mesa del Profeta de
Dios y comer almendras y avellanas peladas por sus propias manos. Lo dijo al mismo tiempo
que Jhasua con su gracia y dulzura habitual ofrecía al anciano en el hueco de sus manos,
una porción de dichas frutas ya descortezadas.
El le tomó ambas manos y las estrechó sobre su pecho mientras sus ojos se inundaban
de llanto.
—Ahora no me agüéis la fiesta que yo estoy muy contento —díjole Jhasua viendo la
emoción del anciano.
Poco después de esta escena, la caravana se ponía en marcha siguiendo el curso del río
Orontes, cuyo armonioso rumor semejaba un salmo de gratitud al Hacedor Supremo, según
era la vibración del íntimo gozo espiritual que se había extendido sobre los viajeros.
Y la luna llena y pálida como una hada misteriosa, encendía su fanal de plata sobre los
cerros y los bosques cargados de perfumes y de rumores, y sobre las ondas serenas del río
que continuaban desgranando sus salmodias de cristal.
En la última parada antes de llegar a Ribla, el Kabir contrató un joven y fornido aldeano,
para que con su buen caballo se adelantase a llevar la noticia de que llegaban al amanecer,
pues viajeros de Palimira le esperaban con urgencia.
—Decid a cuantos encontréis en la Puerta de las Caravanas, que nos hemos adelantado
en muchas horas y que antes de salir el sol, estaremos entrando en la ciudad.
www.gftaognosticaespiritual.org GRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL
7
ARPAS ETERNAS TOMO 2
HILARION DE MONTE NEBO
Esta orden dada por el Kabir a su mensajero, fue causa de que Arvoth el escultor y sus
dos hijos, se encontrasen apostados a la gran puerta de entrada a la espera de los Esenios
que traían a Jhasua.
— ¡Por fin! —Decía él con mucha gracia— por fin nos encontraremos con ese famoso
Archivo, que ya lo veo hasta cuanto parto el pan.
—Pero, cuidado amigo Arvoth; que si ese Archivo no es conforme a lo que tenemos
soñado mis maestros y yo, puede que os demos algún castigo!
—O puede ser que yo os lo dé a vosotros, por haber tardado tanto en traerme noticias de
mi hogar abandonado —contestaba el escultor riendo de la amenaza de Jhasua.
—Abandonado no, señor escultor —agregó de nuevo Jhasua— porque del Santuario va
todos los días el hermano repostero con su ayudante, para llevar cuanto necesita vuestra
esposa y vuestra hija Nebai.
No estaréis vos mejor cuidado que ellas.
Los Esenios reían del fuego que ponía Jhasua en sus afirmaciones, que Arvoth
agradecía, aunque dominado por una profunda emoción.
Y mientras la caravana se dirigía a las grandes cuadras donde las bestias descansarían
hasta el regreso, los viajeros se diseminaron por la ciudad, cada cual al sitio en que era
esperado.
Los Esenios y Jhasua siguieron a Arvoth que les condujo' hacia la ancha calle llamada de
"Los Bazares", por la gran cantidad de ellos que había en todo el trayecto, aun cuando a esa
temprana hora, no estaban abiertos.
Sólo encontraban a los leñadores con sus yuntas de asnos o de bueyes que entraban
cargados de fardos de leña y los labriegos de los campos vecinos, con grandes alforjas de
esparto repletas de frutas y de hortalizas.
Encontraron que Ribla tenía gran parecido con las ciudades galileas, las cuales debido a
las alteraciones del terreno, unos edificios estaban sobre un pequeño cerro, otros en
honduras, que las exuberantes plantaciones les daban el aspecto de terrazas al aire libre,
pues sus techumbres estaban a más bajo nivel que las copas de los árboles que les
rodeaban.
Encajonada la ciudad entre enormes bastiones naturales de piedra, entre los cuales
brotaban árboles como la paja en las llanuras, era en verdad un conjunto de nidales de
águilas perfectamente defendidos por la naturaleza.
Por tres lados estaba Ribla, defendida por los grandes platanares de las riberas del
Orontes, pues quedaba justamente donde el río formaba un ángulo agudo con uno de sus
afluentes, que corría tumultuosamente al pie mismo de la muralla que daba al oriente. Al pie
de aquella muralla, estaba la vieja casona habitada por Menandro, el sacerdote de Hornero
poseedor del Archivo.
www.gftaognosticaespiritual.org GRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL
8
ARPAS ETERNAS TOMO 2
HILARION DE MONTE NEBO
El anciano dejaba el lecho a mitad de la mañana, y Arvoth tuvo tiempo para hacer
conocer a los viajeros aquel vetusto edificio, cuyo aspecto exterior denotaba varios siglos de
existencia. Algún gran caudillo guerrero debió ser su dueño primitivo, a juzgar por las formi-
dables defensas que hacia el exterior tenía. Sus ventanales eran caladuras hechas en los
mismos bloques de piedra, y sus torrecillas almenadas conservaban señales de agresiones
ya lejanas.
Desde las terrazas admirablemente resguardadas, se contemplaba el maravilloso
panorama que ofrecía el gran río, serpenteando como un movible sendero de cristal rizado
por entre montañas, bosques y pradera.
— ¿Qué me decís del cofre que guarda el Archivo? —preguntaba Arvoth a los Esenios,
asombrados de aquella ciclópea construcción.
— ¡Que es digno de guardar toda la historia de la humanidad!... —le contestó el Servidor
Nicandro o Nicanor que es lo mismo, era el hijo mayor del dueño de la casa, y fue quien
primeramente les recibió diciéndoles que su padre les esperaba en la biblioteca porque se
sentía algo atacada, del reuma.
En efecto, el hermoso anciano descendiente de Hornero les recibió sin moverse de su
sillón.
Lo primero de que se extrañó, fue de ver un jovencillo como Jhasua entre los estudiosos,
que venían de tan larga distancia en busca de un archivo, cuyos polvorientos pergaminos
relataban leyendas que tenían siglos.
—Vosotros los descendientes del gran poeta, decís que las Musas le mimaron desde su
niñez —decía Tholemi, gran conocedor de las tradiciones griegas.
—Y fue así con toda verdad —interrumpió el anciano.
—Nosotros decimos —continuó el Esenio—, que este jovencito es un mimado de la Luz
Eterna y de la Divina Sabiduría.
Jhasua se vio precisado a acercarse al anciano que le tendía ambas manos temblorosas.
—Rubio como Apolo y tus ojos como los suyos, tienen dardos que queman el corazón —
le dijo estrechándole las manos—. ¿Por qué has venido?, di la verdad, ¿por qué has venido?
—Por el Archivo y por el guardián del Archivo —le contestó Jhasua, con una dulzura tal,
que al viejo sensitivo le resonó su voz como un canto de alondra.
— ¡Oh, gracias, precioso Apolo de la Siria! Y ¿qué esperabas encontrar sino al reuma en
el viejo guardián del Archivo? —volvió a interrogar el anciano Menandro como si el hablar de
Jhasua le causara un gozo inefable.
—No pensé en vuestra enfermedad, sino en la comprensión y firme voluntad que
demostráis al desterraros voluntariamente de vuestro país por conservar un Archivo.
Difícilmente se encontrarían hoy, diez hombres en el mundo que hicieran lo mismo.
—Tienes la sabiduría a flor de labio como tenía Hornero sus cantos inmortales. Siéntate
en este taburetito donde solía sentarse mi joven esposa, cuando quería arrancarme un sí y
www.gftaognosticaespiritual.org GRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL
9
ARPAS ETERNAS TOMO 2
HILARION DE MONTE NEBO
yo quería decir no. Jhasua sonreía sintiendo la suave caricia de la ternura de aquel anciano,
y se sentó en el sitio indicado. Mientras esta escena, los Esenios habían formado cadena de
fluidos magnéticos con sus pensamientos puestos en acción, para aliviar de sus dolores al
buen sacerdote de Hornero, que iba a prestarles tan importante servicio.
—Vamos a ver —continuó el anciano—, ¿qué quieres tú del Archivo y del guardián del
Archivo?
—Del Archivo, quiero sus secretos y de vos quiero la salud y la alegría —le contestó
Jhasua que había dejado de sonreír, y miraba a los ojos del anciano con una energía y una
fijeza tal, que el viejo se estremeció involuntariamente.
—Los secretos del Archivo los tendrás, pero mi salud y mi alegría están ya muy lejos... —
murmuró con tristeza.
—También yo' estaba lejos y hoy me tenéis a vuestro alcance. La salud y la alegría son
palomas mensajeras del Altísimo, y van y vienen como las ráfagas del viento y los rumores
del Orontes —le dijo Jhasua acariciando suavemente con sus manos que vibraban, los
brazos y las rodillas del anciano sobre los cuales se había apoyado.
Había comprendido que los Esenios emitían fuerza magnética sobre él para que aliviase
a Menandro, y lo hizo con tan buen éxito que de pronto le vieron ponerse de pie y que
agitando los brazos exclamaba lleno de satisfacción y alegría:
— ¿Pues no digo? Eres Apolo, y has puesto fuego y vida en mi cuerpo y alegría en mi
viejo corazón.
Y empezó a dar fuertes abrazos a los recién llegados para hacerles ver que la energía y
la salud habían vuelto, aún cuando él las creía tan lejas.
Si bien dispuesto estaba el anciano hacia los Esenios, lo estuvo por completo después de
esta escena que acabo de relatar.
El mismo les guió al Archivo y lo puso a su disposición, dándoles las indicaciones que
pudieran servirles de guía para encontrar lo que deseaban.
Un pequeño libreto especie de índice les hizo ver en conjunto lo más importante que
aquel Archivo guardaba: Crónicas del Continente Lémur (desaparecido). Crónicas del
Continente Atlante (desaparecido). Crónicas de Ática, de Escitia, del Indostán, de Irania, del
Nilo, de Mauritania y de Iberia.
Deseamos primeramente las Crónicas de la península Indostánica _dijo Melkisedec.
Y el anciano sacerdote de Hornero les sacó un grueso rollo de papiro en cuya envoltura
exterior se leía:
"Crónica escrita por Arjuna" discípulo de su Grandeza Khrisna, el príncipe filósofo del
amor y de la paz".
— ¡Esto es lo que buscábamos! —dijeron a la vez los cuatro Esenios, mientras Jhasua
esperaba en silencio.
www.gftaognosticaespiritual.org GRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL
10
ARPAS ETERNAS TOMO 2
HILARION DE MONTE NEBO
Bien mis amigos: este archivo es vuestra casa. Tenéis entera libertad en él —les dijo el
anciano y apoyado en su hijo salió al parque de la casa a su paseo matutino de que hacía
varios meses estaba privado.
—También yo los dejo —añadió Arvoth—. Mis hijos y yo tenemos otra clase de trabajo
que les haré ver cuando les plazca. Los mármoles están rabiosos por tomar formas definidas,
y también tengo yo prisa de volver al hogar. Con que hasta luego.
Cuando él salía, entraba un criado llevando jarabes y pastelillos con que el dueño de
casa obsequiaba a los visitantes.
Sigamos en su tarea a nuestros cuatro Esenios con Jhasua, y así sabremos cuánto ellos
van descubriendo en aquel archivo milenario.
El papiro encerrado en un tubo de piel de foca y muy recubierto por una fina tela de lino,
fue cuidadosamente abierto y colocado en los atriles especiales para estudiar esta clase de
trabajos. Era doble, o sea escrito en dos cintas de papiro unidas al medio por pequeñas
obleas engomadas. Una de las tiras estaba escrita en la lengua de los antiguos Samoyedos,
que en su lenta emigración de los hielos del Norte fundaron Hisarlik, la gran capital del Ática
prehistórica. La otra cinta era una traducción de aquella lengua muerta al griego de la época
Alejandrina, que se divulgó bastante por Asia y África debido a las correrías de conquista de
Alejandro Magno.
Era pues tarea fácil para los Esenios la lectura del papiro en la escritura griega antigua.
Melkisedec fue designado lector, y notarios, Azarías y Tholemi. El Servidor y Jhasua
escuchaban.
El papiro comenzaba así:
"En la inmensidad donde giran estrellas y soles, resonó la voz eterna repetida por los
ecos y marcó la hora inmortal. La Legión protectora, de la sexta Jornada Mesiánica en globos
gemelos del. Planeta Tierra, entró en actividad, y elevadas inteligencias penetraron en la
atmósfera astral de los planos físicos, para anunciar el gran acontecimiento a los encarnados
que habían de antemano aceptado el encargue de ser instrumentos del designio divino en el
plano que ocupaban.
"Una elevada inteligencia, un arcángel fue el heraldo elegido para buscar aquellos
instrumentos perdidos en las selvas terrestres, y apareció en sueños a una mujer de vida
pura cuyo nombre era Sakmy, desposada recientemente con e' doncel Baya-Dana, ambos
pertenecientes a la numerosa parentela del joven Rey de Madura, país del Sur indos-tánico
sobre el mar. Vedo-Van Ugrasena era un rey justo .y piadoso con su pueblo, que le amaba y
reverenciaba por su gran misericordia.
"La hermosa visión anunció a la joven esposa Sakiny, que la hora era llegada de que un
rayo de Luz Eterna bajase a la tierra, y que ella sería madre de la elegida por los Genios
Tutelares de la Tierra, para vaso purísimo que encerrara al Divino elixir de vida para la
humanidad, enferma de muerte por sus propias miserias.
www.gftaognosticaespiritual.org GRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL
Description:HILARION DE MONTE NEBO www.gftaognosticaespiritual.org hermanos de Joaquín su padre, con sus hijos y sus nietos. Todo esto fue tenido en