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IIIAntología
de
NARRATIVA
Entre Eros y Tánatos
de la Asociación de Escritores de Mérida
Venezuela. 2006
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III Antología de Narrativa
Entre Eros y Tánatos
de la Asociación de Escritores de Mérida
© Asociación de Escritores de Mérida, Venezuela. 2006
Fondo Editorial Ramon Palomares
[email protected]
www.escritoresmerida-ve.com
Cofinanciado por el Centro Nacional del Libro (CENAL)
Hecho el Depósito de Ley
Depósito legal LF07420068005059
ISBN 980-6679-16-4
Reservados todos los derechos.
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No puede ser reproducida, ni registrada o transmitida
por cualquier sistema de recuperación de información,
sea mecánico, fotoquímico, electrónico o fotocopia,
sin el permiso previo, por escrito, del autor o de los editores.
Diseño e ilustración de carátula y diagramación interna:
Reinaldo Sánchez Guillén
[email protected]
Maquetación e impresión:
Edikapas C.A. Mérida
[email protected]
Impreso en Venezuela / Printed in Venezuela
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Índice
Alcocer Fernández Luis Alfredo (España) ..................... 7
Andrade Raiza (Venezuela) .......................................... 12
Arroyo Rosa M. (España) ............................................. 15
Barroso García Natividad (Venezuela) ......................... 19
Bedoya Madrid José Iván (Colombia) ......................... 23
Belandria Margarita (Venezuela) ................................ 27
Bertrand Lola (España) ............................................... 30
Bianchi Roberto (Uruguay) ......................................... 35
Cantalapiedra María Ángeles (España) ....................... 41
Casas Tere (Venezuela) ................................................ 46
Cobas Cati (Argentina) ................................................. 51
Coelho Fabián (Venezuela) ........................................... 57
Coraspe Teresa (Venezuela) ........................................ 62
Díaz Ambrona Lola (España) ...................................... 67
Di Donato Dinapiera (Venezuela) ............................... 74
Dublé Laín Pilar (Venezuela) ...................................... 82
Ekman Ortega Chjalmar José (Venezuela) ................. 85
Estrada Martha (Venezuela) ....................................... 89
Fernández Riolama (Venezuela) ................................. 92
Garcés Luciana (España) ............................................. 99
Garrido Sylvester Diana (Venezuela) ........................ 102
Gil Otaiza Ricardo (Venezuela) ................................. 108
Herrera Colina Elly Cristina (Venezuela) .................. 117
Kríspin Mireya (Venezuela) ........................................ 121
Lázzaro María Luisa (Venezuela) ............................... 132
Lozada Carolina (Venezuela) ..................................... 140
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Lugo Añez José Luis (Venezuela) .............................. 148
Llano Mariana (Perú) ................................................. 155
Mármol Brís María Socorro (España) ........................ 164
Martínez y Andrade Don Rodrigo (Venezuela) .......... 178
Montoya Víctor (Bolivia) ............................................ 181
Ochoa Díaz José (Venezuela) ..................................... 191
Pacheco de Balbastro Graciela (Argentina) ............... 193
Padrón Alejandro (Venezuela) .................................. 198
Parada José Gregorio (Venezuela) ............................ 201
Pintó Juan (Venezuela) ............................................. 209
Plata Ramírez Enrique (Venezuela) ........................... 211
Plata Ramírez José Miguel (Venezuela) .................... 220
Poreda Doris (Venezuela) .......................................... 224
Ramírez Mariela (Venezuela) ..................................... 231
Rangel Mora Pedro (Venezuela) ............................... 239
Rondón María Iholanda (Venezuela) ........................ 245
Santiago Aletse (México) ........................................... 254
Siso Freddy (Venezuela) ............................................. 261
Uzcátegui Gómez Georgina (Venezuela) ................... 265
Vega Olivencia Carmen Amaralis (Puerto Rico) ....... 272
Walle Ricardo (Venezuela) ......................................... 277
Zerón Lina (México) .................................................. 285
Zuluaga Miranda Aymer Waldir (Colombia) ............ 288
Zurlo Andrea (Italia) .................................................. 293
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LUIS ALFREDO ALCOCER FERNÁNDEZ
[email protected]
Nació en Madrid, España, 1941. Escritor, lector empedernido, consultor en una
multinacional. Ha sido galardonado con: II Premio Concurso Internacional de
Cuentos del Diario Regional y Caja de Ahorros de Salamanca 1969. Finalista
del Premio Jauja de Cuentos 1970. Finalista Concurso de Relatos, Diario “El
mundo”, Feria del Libro 2002. Ganador Concurso de Poesía, Diario “El mundo”,
Feria del Libro 2002. Ganador II Concurso de Poesía Generación del 27, Premio
“Rafael Alberti” (Argentina) 2002. Finalista V Premio de Poesía “Leonardo Cer-
cós” 2003. Finalista Concurso “Carta a un maltratador” 2003. Mención de Ho-
nor 2º Concurso Internacional Poesía ICL (Argentina) 2003. Mención de Honor
2º Concurso Internacional Cuentos ICL (Argentina) 2003. Finalista Premio Fa-
roni de Relatos Hiperbreves, España, 2003. 2º Premio X Concurso de Poesía
“Puig de Missa”, España, 2003. Finalista Premio Poesía CIPL, 2003. Finalista
Premio Relato Breve “Ciudad de Viladecans”, España, 2003. Finalista II Certa-
men Relato Breve Almiar, España, 2003. Medalla de Mérito, Premio de Poesía
“Lincoln-Martí”, Florida-USA, 2003, Distinción Especial al Mérito Literario, II
Certamen “Mis Escritos”, Argentina, 2003. Finalista Premio de Relatos “Juan
Martín Sauras”, España, 2003. 2º Premio XXVII Certamen de Cuentos “Benig-
no Vaquero”, España, 2003. 2º Premio de Poesía “Rincón de Ronda”, Granada,
2003. Accésit III Concurso de Relato Corto Leopoldo Alas, “Clarín”, España,
2003. Finalista Concurso Poesía Cadena-100, España, 2003. Finalista Concur-
so de Cuentos “Yo Escribo”, 2005.
OBRA LITERARIA: Relatos desde la paranoia (Orense, Galicia, Alterna-
tiva Editorial, 2004). De poesía y relato: La Luna se ha ido con otro (Madrid,
Premura, 2007). Tiene inéditos cuatro libros de poesía y otros cuatro de cuen-
tos. Ha sido publicado en diarios y revistas españolas, venezolanas, portuguesas
y africanas; en diversos Foros de Internet y en varios números de la Antología
Internacional Sensibilidades (Madrid, 2003, 2004, 2005), donde ha sido autor
invitado. Textos de su autoría aparecen en la II Antología de Narrativa “Relatos
de humor sin extrema-unción”, de la Asociación de Escritores de Mérida, Vene-
zuela (AEM /Consejo Nacional de la Cultura, 2005).
VICIO ANUAL
El primer verano que salimos fuera, mi mujer se acostó con un alemán,
alto, rubio y completamente estúpido. Naturalmente, tuve que asesi-
narla... La ahogué un día que nos alejamos juntos mar adentro.
No hubo ni investigación policial, se archivó como un accidente.
Al año siguiente, también en el verano, desde que llegamos y mi
suegra vio el mar, no había un minuto en que no recordara lo que pasó:
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“A mí no me engañas, asesino, canalla, la has matado tú”.
La envenené con una ensaladilla rusa que dejé una semana al sol.
“Pica un poquillo, pero está muy sabrosa”, dijo antes de irse al otro
mundo.
El otro verano, para no ser menos, fue mi suegro el que quiso joro-
barme las vacaciones: “Te voy a sacar de mi negocio y te vas a quedar
sin trabajo. La pobre de mi mujer ya me avisó cómo eras... Y estoy
seguro de que su muerte tuvo que ver contigo”.
Le provoqué una insuficiencia respiratoria mientras dormía, apre-
tando la almohada contra su cabeza.
Fue mucho más duro el año pasado, lo de mis dos hijos: “Papá, te
vimos cargarte a los abuelos y nos hemos callado hasta hoy... Pero he-
mos pensado que deberías ir a que te viera un médico, no estás bien”.
Sólo tuve que dejar el gas abierto mientras dormían, cerrar todas
las ventanas e irme a pasear un par de horas.
Este año estoy muy solo y, además, creo que he cogido vicio... Aho-
ra que he encontrado esta soga, voy a probar si la viga del techo aguan-
ta el peso de mi cuerpo...
CONVENIO
Ella podía haber elegido otro momento cualquiera. El accidente fue
terrible. Tengo la cabeza destrozada... No lo puedo ver, pero creo que
me faltan los brazos y las piernas, debo tener todas las costillas rotas...
El dolor es espantoso...
—No sirve para nada operar. No le den calmantes, da igual. Le
quedan segundos de vida... Oigo decir.
Se equivocan, voy a morir, de hecho casi estoy muerto, pero no
sé cuándo. Sólo yo he visto a ese horror, un esqueleto con guadaña y
manto negro, acercarse a mi cara y decir:
—Lo siento por ti, pero empiezo mis vacaciones ahora mismo. Lo
dice mi convenio.
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NIÑOS
Era un animal, un auténtico animal...
Esta Nochebuena, mientras tragaba, casi sin masticar, los restos
de un cordero al horno, señaló a la televisión: pasaban un reportaje
sobre unos niños africanos, famélicos, con enormes ojos plagados de
tristeza, con cientos de moscas sobre sus cuerpecitos llagados...
—Mira las barrigas hinchadas que tienen, seguro que es de una
indigestión, no pasarán tanta hambre, digo yo. Esto lo ponen sólo para
sacarnos dinero con las oenegés y los curas...
No le dejé seguir, empujé el hueso de la paletilla que tenía en la
boca hasta que le asomó por la nuca... Y me quedé a esperar a la poli-
cía, mientras lloraba mi pena por los pobres niños hambrientos.
HERMANOS
—Le acompaño en el sentimiento.
El hombre me abrazó y palmoteó mi espalda.
—Gracias, muchas gracias.
Se acercó otro, amenazando con sus brazos abiertos y gesto com-
pungido. Al anterior las solapas le olían a fritura rancia de pescado, a
éste el aliento le apestaba a alcohol:
—No somos nada.
—No.
Siguieron pasando de uno en uno, hombres y mujeres. Ellos me
rodeaban con sus brazos, ellas se limitaban a darme la mano y luego
un par de besos. Unos soltaban sus frases, “originales” todas, otros ca-
llaban; éstos, los callados, si eran hombres me hacían crujir los huesos
de la espalda o el cuello con sus abrazos; si, por el contrario, pertene-
cían al sexo opuesto, se quitaban unas falsas lágrimas con el pañuelo o
aprovechaban para sonarse los mocos:
—¿Quién lo iba a decir?
—...
—Ayer mismo hablé con él por teléfono. Estaba tan normal.
—Los buenos se van siempre los primeros.
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—Sí, siempre.
—Era un bendito..., aunque, a veces, tenía sus momentos malos.
—Claro, pero eso es normal; igual que todos.
—Claro.
—...
—Dios llama antes a los que más quiere.
—Sí.
—Mira, parece que está dormido..., tan tranquilo.
—Ahora nos estará viendo desde allí arriba.
—Cierto.
—Consuélate, más tarde o más teMprano todos deberemos pasar
por esto.
—Un santo era, un santo.
—Más que un santo, mírale parece un ángel.
—Sí, un ángel.
Mi madre me había dicho que yo tenía un pronto muy malo, que
debía aprender a callarme en ciertos momentos, pero esta vez no lo
hice:
—Vamos a ver, mi hermano, al que yo quería más que cualquiera
de ustedes, era cualquier cosa menos un ángel o un santo; de hecho,
era un perfecto cabrón. Un egoísta, golfo, bebedor, soberbio y casi na-
die le podía ver. Engañaba a su mujer, no atendía a sus hijos y, resu-
miendo, no se quería más que a él mismo. Yo agradezco sus palabras,
pero me gustaría que...
A medida que hablaba, la gente se había ido marchando murmu-
rando entre ellos:
—¡Qué vergüenza, hablar así de su hermano!
—¡Calla, hija, calla...!
—¡Ni a los muertos se respeta!
—Seguro que lo hace para ahorrarse la copa y las pastas.
—Seguro, siempre ha sido un rácano, como su hermano.
—Sí, porque ese, muerto o no, era fino...
—Bien muerto está.
Me quedé sólo ante el féretro... Prendí una vela que se había apa-
gado... Miré a mi hermano, la muerte no le había borrado la cara de
mala persona que le había acompañado toda su vida...:
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Description:¿Poetiza o poetisa? suena lo mismo-(enfatizando la “iza, isa”): prematuramente en Rathaus para caminar por la Konrad Adenauer. Straße hasta