Table Of ContentISBN: 978-84-941179-0-9
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APLICADA
IDSBOEEC RAIEONDATAMRDEORPIOCALONGAIA IANNSTTRITOUPTOOL ÓDGEI ICNAVSE DSET ICGAASCTIIOLNLAE SY LEÓN Proyecto RGDOEe EBfeSIEPrRAeNÑnOAcia CMDES EIINN OCNISIETO2NEV0RCAIIOC1AI0ÓN-12074-E
APLICADA
ÍND ICE 103 La economíanatural en el entorno de
salud tradicional y natural.
ALFONSO J. APARICIO MENA
I Ideología y Antropología en la obra de José María Arguedas 120 Nosotros y los Otros: las representaciones de los
ELOY GÓMEZ PELLÓN indígenas sudmatogrosenses en la prensa escrita
versus la del movimiento audiovisual indígena
NATALY GUIMARÃES FOSCACHES
ASPECTOS GENERALES
141 Trabajo colaborativo y la creación de espacios
10 De fiesta multimedios sobre lengua y cultura: la experiencia
JACOBO NEGUERUELA AVELLÁ del vocabulario interactivo del náhuatl de la Huasteca
ANUSCHKA VAN HOOFT
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SAN LUIS POTOSÍ, MÉXICO
31 Economía, Cooperación y Desarrollo:
Un Enfoque desde los Derechos Humanos.
165 De la distancia cultural a la distancia psíquica como
BRUNHILDE ROMÁN IBÁÑEZ
factor determinante de inversiones directas en el
exterior. Los flujos de IDE del sur al este de europa
53 Globalización y ciudadanía: la migración ALFREDO JIMÉNEZ PALMERO
de argentinos a España desde una ISABEL LUIS RICO
perspectiva antropológica CARMEN PALMERO
JUAN ALFREDO JIMÉNEZ
FERNANDO OSVALDO ESTEBAN
UNIVERSIDAD DE BURGOS
74 Aspectos da economia globalizada:
193 La educación temprana en Colombia y su
considerações de valor e bem-estar
efecto en la cultura de los afrodescendientes:
BERTULINO SOUZA
un análisis para el Valle del Cauca 2009.
RAFAELA NOROGRANDO
MARIBEL CASTILLO CAICEDO
87 Intercambios a través de la red: yo te doy, tú me das
207 Estudio comparativo de etnodesarrollo
Mª CONCEPCIÓN GÓMEZ RODRÍGUEZ
en dos contextos rurales: Etxauri
UNIVERSIDAD DE LEÓN
(Navarra) y Chavarrillo (Veracruz).
ANA ISABEL CÁRCAR IRUJO
226 Um Ensaio sobre a Nova Realidade do Imigrante
ECONOMIA Y CONTENCIÓN
Brasileiro em Tempos de Crise na Espanha
FABIANA MARIA GAMA PEREIRA
323 La economía en los primeros tiempos del
241 Nuevos retos: reinterpretación, descubrimiento: juan de castellanos
reinvención y desarrollo de la realidad FRANCISCO JAVIER RODRÍGUEZ PÉREZ
rural. El caso de Gordoncillo-León
Mª CONCEPCIÓN UNANUE CUESTA
333 Remesas: costos emocionales ¿ganancia para quién?
OSCAR IGLESIAS ALVIS
255 Etnodiversidad y cosmovisión andinas en el
pensamiento de José María Arguedas Altamirano
351 A pesca enquanto estratégia de maximização
CARLOS JUNQUERA RUBIO
dos recursos económicos
MARIA DA CONCEIÇÃO SALAZAR CANO
302 ¿La piedra en el zapato?: la consulta
previa a los pueblos indígenas y el
371 A produção da folha de coca como geradora de
desarrollo económico en el Perú
mercadorias legais com valor agregado: uma análise
AMELIA ALVA ARÉVALO
etno-económica sobre a elaboração e comercialização
de produtos derivados da folha da coca no Peru
FABRÍCIO DIAS DA ROCHA
388 Reciclos: un taller-experimento de
reciclaje político contemporáneo
CARLOS DIZ REBOREDO
399 Beber para vivir: el papel de la cerveza de maíz
en la economía y la vida social de los pueblos
rarámuri y ódami del noroeste de México.
EDUARDO RUBÉN SAUCEDO SÁNCHEZ DE TAGLE
416 Antropología económica en el municipio de FIESTA Y DERROCHE
“A Capela”, pasado y presente de los límites
vitales y laborales del rural gallego
PABLO SAAVEDRA ROEL
517 Celebraciones taurinas y antiguos
holocaustos. Reflexiones en torno al carácter
sacrificial de las fiestas de toros
437 Factores que influyen en las empresas
HÉCTOR M. MEDINA MIRANDA
creadas por mujeres 2009
DIANA M. ESCANDON BARBOSA
541 Vendendo ostras e lingüiças’. Economia e
tradição em dois casos brasileiros: a Festa
454 Ventajas e inconvenientes de las
da Lingüiça de Maracaju (Mato Grosso do Sul)
aproximaciones al codesarrollo
e a Festa do Marisco (Santa Catarina)
KOUADIO ALEXIS LALLY
RODRIGO LUIZ SIMAS DE AGUIAR
ALINE MARIA MÜLLER
474 Hacer el indio y ser indígena: sobre
turismo mbyá-guaraní
554 Zujbirej: um ritual de passagem do
ELEDER PIÑEIRO AGUIAR
menino para o homem zoró
MARIA CONCEIÇÃO DE LACERDA
485 La economía de la religión: España,
colmo de contrastes
568 La fiesta de la tirana (Chile): entre
KENT B. ALBRIGHT
la historia y la religión.
LUIS ANTA FÉLEZ
505 Representaciones y vigencia del
comunalismo en la provincia de León
583 El fenómeno de las comparsas en la localidad
OSCAR FERNÁNDEZ
salmantina de peñaranda de bracamonte.
Implicaciones musicales y antropológicas.
VIRGINIA SÁNCHEZ RODRÍGUEZ
596 Los caminos del pueblo romá en el siglo XXI: fiesta
y cultura. Economía, contención y derroche.
ANA DUQUE SALGADO
604 Comidas festivas y derroche en la semana santa
y fiestas de primavera de la ciudad de Murcia
JOAQUÍN GUERRERO MUÑOZ
634 La ruta cuaresmal de los acaxochititas,
peregrinaciones a cinco santuarios
ROSALBA FRANCISCA PONCE RIVEROS
661 Contención corporal, comodidad
y fiesta. Velos y vestidos
RICARDO SANMARTÍN ARCE
671 Mecanismos económicos y festivos de la
comunidad de Jesús Tepactepec, México
IÑIGO GONZÁLEZ DE LA FUENTE
IDEOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA EN LA también al cúmulo de intereses que giraban a su alrede-
OBRA DE JOSÉ MARÍA ARGUEDAS dor y en los cuales se veían involucrados, sin descartar
las motivaciones ideológicas, románticas, pasionales y
ELOY GÓMEZ PELLÓN de todo tipo.
Aquí se mostrará el caso de uno de estos intelec-
tuales, el de José María Arguedas, en el cual convergen
muchos de los aspectos que se han puesto de relieve
en las líneas precedente. Profesor universitario, escritor,
intelectual ideológicamente comprometido, que en los
años cincuenta y sesenta del siglo XX adquirirá un cierto
protagonismo en la sociedad peruana. El hecho de que
se trate del Perú no es nimio, dado que se trata de un
I II país en el que concurren muchos de los caracteres que
INTRODUCCIÓN
definen a las efervescentes sociedades iberoamericanas
Todo cuanto se ha escrito acerca del elemento huma- de la época: diversidad étnica, acusada estratificación
no en el continente americano está viciado de una ten- social, conflictividad, ejercicio autoritario de la política,
sión que ya en el siglo XIX, por no decir antes, era muy presencia de una gran carga ideológica en los debates
notable. Ni siquiera el cambio de óptica en la observa- sociales y existencia de una élite intelectual políticamen-
ción de la realidad que se ha producido en el transcurso te comprometida. Todo ello no hubiera sido posible en
del tiempo, y que no ha sido pequeño, ha logrado suavi- el ecuador del siglo XX de no ser por algo que en Perú
zar el estruendoso debate. Buena parte de la clave para acabaría siendo determinante, como fue la fortaleza de
entender esta situación viene dada por la complejidad de un sector editorial que crece sin parar en las décadas
ese elemento humano, producto de la convergencia de previas y que termina por hacerse visible no sólo a tra-
gentes llegadas de todas partes y de un proverbial mes- vés de la publicación de monografías sino también de
tizaje que, desde los primeros tiempos de la colonización revistas que adquieren una gran difusión, por más que
no ha cesado. Este mestizaje presenta muchas diferen- fueran dirigidas a una población que porcentualmente
cias zonales, lo cual explica que la discusión sea diferen- representaba la parte menor del total.
te según los lugares. La propia trayectoria de los nuevos
1. JOSÉ MARÍA ARGUEDAS: EL TIEMPO Y EL ESPACIO
Estados americanos ha introducido sesgos que impiden
extrapolaciones fáciles. Los políticos, los escritores y los Éste es el contexto general de la vida de José Ma-
académicos, como parte sensible de la realidad social, ría Arguedas, nacido en 1911 en la pequeña ciudad de
se han visto empujados a terciar en la cruda discusión, Andahuaylas, que en la actualidad ronda los treinta mil
no sólo debido a su liderazgo de iure o de facto, sino habitantes, en el departamento de Apurímac, en la ver-
tiente oriental de los Andes, en plena Sierra, como se dependencia. Sin embargo, a partir de 1919 se inicia un
dice allá, y muerto en 1969. El de Apurímac es un de- período diferente, conocido como el Oncenio, en el cual,
partamento fronterizo con los de Arequipa, Ayacuhco y manteniéndose la situación de privilegio para las clases
el Cuzco, y situado por tanto en el mismo corazón de los más favorecidas, el gobierno adopta actitudes paterna-
Andes, a una altura media que se halla en el entorno de listas hacia los grupos indios que, repentinamente, en
los tres mil metros. Por su extracción social, consideran- 1930, se ven quebradas para inaugurarse una fase de al-
do que perteneció a familias de ricos hacendados y que ternancia de gobiernos militares y democráticos, la cual
se crió con un padre dedicado al ejercicio de la aboga- presenta como nota añadida la irrupción de movimientos
cía, su lengua hubo de ser el castellano; sin embargo, políticos populares en el escenario gubernamental, como
teniendo en cuenta que accidentalmente fue socializado la APRA y el PCP. Cuando muere Arguedas en 1969, ha-
entre los indios que trabajaban en la hacienda familiar y cia un año que se había producido el derrocamiento del
que hablaban el quechua sureño, que es la lengua utili- régimen democrático por parte del general Velasco Alva-
zada en la parte de los Andes donde el nació y se crió, su III IV rado, de signo antiimperialista, al que sucederían otros
situación a lo largo de la vida fue de claro bilingüismo. gobiernos autocráticos hasta ocupar dos largas décadas.
Tras licenciarse en la Universidad de San Marcos, se ini- Por tanto, Arguedas desenvolvió su vida al socaire
cia como profesor de enseñanza secundaria, para final- de un ajetreado clima político, caracterizado por los in-
mente recalar como profesor en la propia Universidad de cesantes vaivenes y también por la conflictividad social,
San Marcos, donde se ocupó de la docencia de la lengua en buena medida suscitada por una intensa estratifica-
quechua y la antropología, durante años, para acabar ción social, cuyo lugar más bajo era el correspondiente a
ejerciendo la dirección del departamento de Etnología los indios, de tal manera que los sucesivos gobiernos, al
a partir de 1958. Su muerte se produjo, circunstancial- menos desde 1919, manteniendo el statu quo, optaban
mente, en la Universidad Nacional Agraria de La Molina, por crear una apariencia de cercanía con el indio, a fin de
en 1969, de cuyo Departamento de Sociología era direc- atenuar una tensión ingrata. En realidad, lo que sucedía
tor desde 1968. políticamente no era distinto de lo que acontecía en el
La vida de José María Arguedas se desarrolla, en su contexto puramente intelectual, seguramente como re-
mayor parte, en un tiempo convulso de la historia del sultado de una efectiva retroalimentación. Si hasta la
Perú. Las primeras décadas del siglo XX constituyen un segunda década del siglo XX la historia en general, la de
período pacífico, de tensión soterrada, en el que el poder la literatura peruana y la de la propia creación literaria
es ostentado por una plutocracia influyente y compla- habían estado muy influidas por el hispanismo, esto es,
ciente con los intereses de Estados Unidos, y en el que por la complacencia con la historia colonial española y la
se acentúa una estratificación social, desfavorable para admiración hacia una cultura que había proporcionado
los grupos indios, que se halla a la zaga de una tenden- al Perú la lengua, la religión y la civilización, a partir de
cia surgida en tiempos coloniales y confirmada tras la in- los años veinte se produce una actitud revisora con el
pasado y defensora del indigenismo. Son los años de vedad de la literatura del anarquista González Prada),
la adolescencia y la juventud de Arguedas, los tiempos que hace eclosión al abrigo de los vientos del naturalis-
del estudio y de la forja de su pensamiento, esto es, los mo francés y de la filosofía positivista del siglo XIX, se
años en los que poco a poco irá preparando su emergen- constituirá en un pesado lastre.
cia literaria e investigadora, la cual se producirá en la Una serie de variables, sin embargo, actuando so-
década de los años treinta, en un clima político de gran bre el sustrato anterior, provocan la conformación de lo
complejidad. que se ha llamado el nuevo indigenismo, que emerge
Ciertamente, el indigenismo no era absolutamente de 1920 en adelante. Entre estas variables hay dos que
nuevo entre la intelectualdiad peruana y, de hecho, Mario tienen particular importancia catalizadora: la revolución
Vargas Llosa (1996: 70-96) nos cuenta con gran lujo de mexicana a partir de 1910, con la consiguiente atención
detalles cómo en a finales del siglo XIX y en los primeros al fenómeno indigenista, como rechazo de la tradición
lustros del XX existió una generación de autores pro- anterior, y en Perú el descubrimiento de las ruinas de
toindígenas, entre los que descuellan Manuel González V VI Machu Pichu en 1911, que muy pronto serán vistas como
Prada, Clorinda Matto, Narciso Arestegui y, sobre todo, una especie de decantación de la cultura indígena, en la
José Frisancho que, tras convertir al indio en el autén- cual los Andes son elevados a la condición de emblema
tico peruano, tuvieron la función de identificar la mayor nacional. No es extraño que literatos, pintores y también
parte de los símbolos que, a partir de los años veinte, fotógrafos, como Martín Chambi, hagan de los Andes el
se convertirán en expresión del más puro indigenismo, motivo de sus sueños. Enseguida, y éste será el marco
gracias a la transformación de los viejos victimarios en de la futura obra de Arguedas, una revista se convier-
nuevas víctimas de la vida peruana, de forma análoga a te en el escenario privilegiado del indigenismo perua-
lo que sucedía en otros países del continente americano. no, cuyo rótulo sería Amauta. En la misma, a partir de
Es así como los hacendados, los caciques, los curas y las 1926, se recogerán los textos señeros de los teóricos
autoridades políticas tradicionales van a ser el objetivo del indigenismo que, con sensibilidades muy diferentes
frecuente de las iras de los indigenistas. En cuanto a los proclaman su ferviente deseo de hacer del elemento
símbolos identificadores de los colonizados indígenas, el indígena la auténtica sustancia de la nación peruana.
ayllu se elevará a la condición de vívida manifestación Entreverados con estos trabajos aparecerán otros de
de todas las reivindicaciones, en tanto institución repre- signo contrario que, complementariamente, también
sentativa de la comunidad agraria de los nativos. El ayllu tuvieron cabida en este órgano de expresión de la inte-
usurpado y engullido por el latifundismo colonizador será lectualidad peruana.
la viva imagen de este protoindigenismo que infundirá Entre los que publican tempranamente en Amauta se
vida al indigenismo reelaborado de los años veinte. El halla un ramillete de consumados indigenistas que deja-
propio Vargas Llosa nos dirá que la insuficiente calidad rán una honda huella en el joven Arguedas, si se tiene
literaria de este movimiento protoindigenista (con la sal- en cuenta que cuando se comienza a publicar la revista
en 1926 tan sólo tiene diez y seis años. Pues bien, entre realidad, Haya de la Torre, radical en sus primeros plan-
estas influyentes plumas se hallan la de un arqueólogo teamientos irá evolucionando a lo largo de su vida hacia
(Julio C. Tello), la de un historiador de la Universidad un izquierdismo cercano al centro, sin perder de vista su
San Antonio Abad de Cuzco (Luís E. Valcárcel) y la de un proyecto indoamericanista.
sociólogo de la misma Universidad (José Uriel García), Ahora bien, como veremos, la percepción de las co-
al lado de la de un escritor y político, José Carlos Mariá- sas por parte de José María Arguedas es distinta de la
tegui, todos los cuales participarán en la prédica indige- de Mariátegui y, sobre todo, muy variable en el caso del
nista desde variados puntos de vista. Tales perspecti- primero. A lo largo de la vida fue realizando propuestas
vas ofrecen aspectos un tanto diferentes de la realidad, y modificando su discurso, a tenor de los muchos acon-
hasta el extremo de que se corresponden con opciones tecimientos que vivió antes de su muerte. Al contrario de
ideológicas determinadas. No en vano, a nivel político, lo que les sucede a sus mentores, Arguedas construye
también la disputa del tema indigenista era abierta, es- una ideología más flexible y versátil, más apta para el
pecialmente en torno a José Carlos Mariátegui, fundador VII VIII cambio, lo cual explica que evolucione con el paso de
en 1928 del Partido Socialista Peruano, y a Victor Raúl los años de una manera notoria. La distancia entre el
Haya de la Torre, el famoso creador de la Alianza Popular Arguedas que se inaugura en la literatura y el Arguedas
Revolucionaria Americana (APRA) nacida en 1924, los de los últimos años de su existencia es muy acusada. Por
cuales, inicialmente, y durante algún tiempo fueron es- cierto, que la ideología de Arguedas es de una manifies-
trechos colaboradores. ta complejidad intelectual, acaso debido al buen conoci-
Cuando José María Arguedas comienza a escribir, los miento que tenía de la sociedad peruana, pero también
años treinta se hallan a mitad de su recorrido y, en este quizá como consecuencia de las muchas contradicciones
momento, todas estas reflexiones están vivas. A pesar que están presentes a lo largo y ancho de su obra.
de que alguno de sus protagonistas acaba de fallecer Como suele ser frecuente, su evolución intelectual
prematuramente, como sucede con Mariátegui, los de- vino dada por una suma de factores personales que, a
más se hallan en la liza. De hecho, Arguedas es hijo de menudo, le vinieron dados. Él no era un indígena y optó
la generación de Amauta y sus escritos primerizos son por una defensa incondicional, al menos en los años de
ya de claro corte indigenista, y más cercanos a los de su juventud y de su madurez temprana, del indigenis-
Mariátegui que a los de ningún otro. Mientras Haya de mo. Tampoco pertenecía a las clases modestas y optó
la Torre pensaba en desbordar su credo comunista por por una defensa incondicional de éstas y, con más razón
todo el continente, por su Indoamérica, sin alejarse de- aún, por la de los indios peruanos. Es verdad, sin em-
masiado de un marxismo-leninismo amable con Moscú, bargo, que de alguna manera, Arguedas se consideraba
Mariátegui coincidía con Haya de la Torre en la visión un expulsado de su clase social originaria por razones
antiimperialista pero, contrariamente, abogaba por la in- que se hallaban en su historia personal. No obstante,
dependencia política, lejos de la sumisión moscovita. En por su extracción social objetiva tuvo una formación muy
superior a la que era propia de la mayor parte de la ba la lengua indígena que se hablaba y que se habla en
población. Vargas Llosa, en este sentido, adelanta una esta parte de Perú.
hipótesis verosímil. Arguedas habría sido un privilegia- Cuando se incorpora Arguedas a la producción lite-
do perteneciente a dos mundos distintos y antagónicos, raria hacia 1935, han pasado los años veinte del aflora-
lo cual provocó en él un desarraigo general, que fue la miento de la causa indigenista y los acontecimiento se
causa de su permanente vacilación política y de sus ince- desenvuelven en un convulso escenario político, atrave-
santes crisis personales. Sus traumas y sus frustraciones sado por la intransigencia de dos gobiernos militares (el
personales debieron generar en él un malestar y una de Sánchez del Cerro y el de Benavides) que explica el
melancolía que, a la postre, le resultaron insuperables. cierre temporal de la revista Amauta e, incluso, la clau-
sura de la Universidad de San Marcos, la cual formaba
2. IDEOLOGÍA Y DISCURSO
parte de lo más profundo de su vida intelectual. Con
Cuando José María Arguedas se incorpora al mundo las consideraciones ya señaladas, Arguedas se encuadra
de las letras, dando a conocer sus primeras reflexiones, IX X plenamente en el indigenismo desde sus comienzos, en
el tema del indigenismo se hallaba muy trillado en el ese movimiento que se desparrama por todo el continen-
Perú. Más aún, la discusión acerca del fenómeno se ha- te en los años diez y veinte, y que luego va ofreciendo
bía ido haciendo enrevesada. Arguedas, que por su bio- variaciones muy diversas, dependiendo de los cultivado-
grafía personal se sentía identificado con el indio y con res. ¿Quiénes habían sido, en realidad, los cultivadores
los ideales del indigenismo, no duda en encuadrarse en iniciales del movimiento indigenista, esos que le infun-
esta doctrina. No es menos verdad que Arguedas, naci- dieron una vida duradera que llega hasta nuestros días?
do en un departamento andino, pertenecía a una clase Sociológicamente, fueron escritores que se hallaban en
social dominante, con las necesidades económicas bien una posición muy similar a la de Arguedas, por no decir,
resueltas, hace suya la bandera de una reivindicación idéntica, esto es, los integrantes de una clase media en
que en otras condiciones le habría sido ajena. El nuevo ascenso, que reclaman un lugar que sus anquilosadas
matrimonio de su padre con una mujer acomodada y sociedades les niegan. De esta manera, el indigenismo
poderosa, lo convierte en un hijastro que es empujado a es una perspectiva nueva que funciona muy especial-
la convivencia con la mano de obra india que trabaja en mente como estrategia de lucha social. ¿De dónde pro-
la inmensa hacienda familiar, justamente en unos años cedía u encanto y su fuerza arrolladora? Sencillamente,
adolescentes en los que la socialización es intensa y pro- el indigenismo encierra valores, éticos y estéticos, y re-
funda. Por otro lado, téngase en cuenta que Arguedas mite a emociones a partir de esquemas que son simples,
había nacido en el departamento de Apurímac, donde el de lo que se sigue su capacidad movilizadora por el he-
español, además de ser la lengua de la buena sociedad, cho de que todo el mundo puede entender sus mensa-
era la lengua que salpicaba de vocablos y que impregna- jes. Dicho con otras palabras, y tal como han puesto de
manifiesto algunos autores como H. Favre (1998: 6-7),
Description:vuelve sobre la arcadia de las comunidades indígenas y sobre la posibilidad muy lejos de verlas vivitas y coleando por los Andes. ¡Ojala pudiera