Table Of ContentFuentes orales y actitudes romanas ante
la familia
*
JUAN CAscAJERo
UniversidadComplutense deMadrid
RESUMEN
El estudio de los escasos restos escritos de laoralidad permite matizar algunas de
lasideasmásextendidas sobrelasideologíasdelaAntiguedad. Peroesosrestos noson,
sinembargo,monocordes,pudiendoobservarse, enellos, notablesdiferencias, en rela-
ción tanto con su origen comocomo con su campode difusióny forma y avatares de
conservación. Desdeesepuntodevista, el estudiodel universoparemiológicocontras-
tadoconotrasfuentes, tambiénorales, puederesultarclarificador. Con esepropósitose
aborda, como campode aplicación, el tema de las actitudes romanas ante lasrelacio-
nesfamiliares, atravésdelaatencióncomparadadelasmáximas ysentencias, poruna
parte, y de las fábulas, anónimasy no anónimas,por otra.
1
Afortunadamente, se va extendiendo entre los estudiosos de la AntigUe-
dad, y sin que ello suponga una confusión entre mis deseos y la realidad, la
sensación de que las fuentes escritas tradicionales resultan del todoinsuficien-
tes para el conocimiento de aquellas sociedades a través de sus producciones
ideológicas. Esverdad quetodavía no sólo son frecuentes sino quesiguen pre-
dominando criterios y usos de seguidismo máso menos acrítico, de los dicta-
dos deunas fuentesque conducen, inexorablemente, a laconfusión de valores,
actitudes y mentalidades de quienes las crearon ylos delconjunto de la socie-
dad. Muestran, así, unpanorama ideológico falso por cuanto se asientan, casi
exclusivamente, en unas sensibilidades cultas y selectas y,por tanto, en abso-
1.
luto representativas del conjunto social
*Estetrabajose inscribeenel ProyectodeInvestigaciónfinanciadoporlaUCMdeMadrid «Fuentes
alternativasparaelconocimientodelassociedadespreitidustriales».
Véasemi«Oralidad, escriturae ideología: haciaunareubicacióndelasfuentesescritaspara laHis-
toriaAntigua., Gerión, II, 1993,95-144.
Cerión, n.’ 13, 1995.ServiciodePublicaciones. UniversidadComplutense.Madrid.
70 Juan Cascajero
En otros lugares, se ha pretendidomostrar lamedida en que aquellas socie-
dades,múltiplesencuantoasus condicionesdeexistencia,fueron, también,capa-
ces de generarun paisajeideológico diverso ycontrastado. Por ello, puesto que
las actitudesmentales yformasde concienciaque lasfuentes escritas tradiciona-
les transmiten mayoritariamente no pueden extenderse gratuitamente a toda la
sociedad, sino sólo a los gruposque las produjeron, parece necesario atenderal
restode gentes del cuerposocial.En estesentido, seha intentado rompercon esa
actitud claramentediscriminatoriadelquehacerhistórico paraatisbar, asumiendo
nopocos riesgos, las exiguas huellas concernientesa las mayorías, pero no sólo
desdelaspremisas quelas minorías asentaronsinotambién desdeellosmismosy
sus propias formas de expresión, medianteel análisisde los exiguosy metodoló-
gicamente problemáticos restos de su oralidad cuotidiana. Se viene trabajando,
asi, sobre sus fábulas, sus cuentos, suscanciones, chistesyfrases festivas, sobre
sus consejas y dichos, intentando valorarcomo fuente históricaunascomposicio-
2.
nes que se fundaron en lacreación, transmisión yconservación oral básicas
Jamás pretendí que las nuevas fuentes queofrecía alosestudiososde laAnti-
guedad, y por ello mismo también del presente, fueran exeluyentes, sino sólo
complementarias. Nunca las he dispuesto como alternativa sino como comple-
mento necesario para arribar a un panorama ideológico más rico, dinámico y,
estoy convencido, también más real. Al hacerlo, creo haberme introducido de
llenoen elproblema, centralen nuestra visiónhistórica,de las relaciones entrela
escritura y la oralidad, como trasunto del problema de las relaciones entre inte-
lectuales y masas, entre los pocos y los muchos o, si se prefiere, enunciado en
forma más radical, entre clase propietaria y gruposexplotados. Parece correcto
pensar, ya,que cuanto más seavanceenelestudiodelaoralidad, tanto más seha
de progresaren el conocimientode las sensibilidades de las mayorías y, en con-
secuencia, tantomejorse podráncomprender, en susjustostérlninos,los alegatos
de los intelectuales, exponentes, en general, de los puntos de vista e intereses de
losgrupospropietarios. Enotras palabras, elestudio delos restosescritos proce-
dentes de la oralidad y el de los restosescritos procedentes de la escritura culta
deben avanzarparalelos, condenados aentenderse permanentemente.
II
Y existe uncampo, no explorado aún por los historiadoresde la Antiguedad
yapenas porotrosestudiosos, acaballoentreoralidad yescritura3,yaen suépoca,
2Chimi «Luchadeclaseseideología:introducciónalestudiodelafábulaesópicacomofuenteitistó-
nea”, Gerión,9, 1991, 11-58;«Luchadeclases eideología: aproximacióntemática alasfábulasnoconte-
nidasenlascoleccionesanónimas».Cerión, 10, 1992,23-63.
Asílorecogey reconoceensupropio lema, «Oralidadyescritura: literaturaparemiológica yrefra-
nero’, elcoloquio internacionalcelebrado recientementeen Orleans, 19-20denoviembrede 1993 ycuyas
actasson recogidasporeln»2delarevistaParemia.
Fuentes oralesyactitudesromanasantelafamilia 71
quebienpodría servirde nexo ente ambostipos de fuentes: eselmundopeculiar
y complejode las paremias antiguas. Poco a poco, el esforzado tesón de otras
ciencias hermanas (Filología yAntropología, fundamentalmente) va impulsando
los estudiosparemiológicossinqueporelmomento ypordesgraciasehaya logra-
do poner orden en la marañaconceptual reinanteen estecampo. Y, no obstante,
existe laconcienciacomúndeque apenas si sepuedeavanzarunos pasossinunas
mínimas precisiones conceptuales y, desde luego, según creo, nada o casi nada
puede hacerse desdeelpunto devista de su utilizaciónpara la HistoriaAntigua.
Siendo, pues, imprescindible su abordaje y no queriendo contribuir a la
confusión reinante, con gusto deponemos la introducción de posibles matices
personales para aceptar, por su precisión y claridad, la clasificación paremio-
4,yque seguimos de la forma más
lógica querecientemente ofreciera J. Sevilla
próxima posible. Se trata, pues, de precisarconceptualmente el mundo de las
paremias, rindiendo, en consecuencia, útiles para el trabajo histórico5 esas
peculiares unidades lingtiísticas caracterizadas por ser «breves, sentenciosas,
consabidas, en forma fija y con características lingiiísticas propias».
Ofrecemos su clasificación:
1. Paremias propiamentedichas.
2. Paremiasjocosas e irónicas.
3. Paremias científicas.
4. Paremias caballerescas.
5. Paremiaspublicitarias o propagandísticas.
6. Paremiasen desuso, arcaicaso dialectales y de uso restringido.
7. Quasi-paremias.
8. Unidades lingtlísticas conalgunos rasgos paremiológicos.
9. Unidades no pertenecientes al universo paremiológico que, a veces,
pueden participarde algúnrasgo paremiológico.
Entre ellas,pero sin poderevitar algunos matices, de acuerdo con los fines
aque se ordenan, resultan especialmente interesantes las tresprimeras catego-
rías y, sobre todo, la primera de ellas o «paremias propiamente dichas», entre
las que se cuentan todas aquellas que, generalmente relacionadas con las cos-
tumbres y las formas de conducta en cada caso, en tono aleccionador, unas
veces, otras criticandovicios y defectos,pretenden ofrecerconsejos ysolucio-
nes a los múltiples problemas de la vidadiaria, tanto pública comoprivada.
«Lasparemiasespañolas:clasificación,definiciónyconespondenciafrancesa»,Paremia, 2, 1993, 15-
20. Paraunanálisis másdetallado,puedenconsultarseotrasaportacionesdelamismaautora,especialmen-
te,Uaciaunaaproximaciónconceptualdelasparemiasfrancesasyespañolas.Madrid, 1988:«Paremiolo-
gíay lexicografía.Algunas precisionestenninológicasyconceptuales».PhilologicaHispaniensia, inliana-
rem M.A/van JI. Lingñistica,Madrid. 1985;«Propuestadeaproximaciónparemiológica», RevistadeFilo-
logía Románica, 8, 1991,31-39,comosíntesis desusmúltiplesaportacionesenestecampo.
Seacepta,así,elretolanzadoporlaestudiosaPorgasBerdet,E.,«Cultura popularyculturamaterial:
el refranero»,Paremia, 1, 1993.35-39.
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Estas son las más importantes:
1. Refrán que sueledefinirse como dichosentencioso, popularybreve de
uso común y que, a su vez, puede tenercarácter geográfico, metereológico,
temporal laboral, moral, religioso, etc. Se suele limitar a afirmar una realidad
evidente y, comúnmente, se manifiesta en forma bimembre.
2. Proverbio, que, muy próximo al refrán, con el que comparte no pocos
rasgos sémicos, se destaca de él por su carácter más culto y grave, así como
porque, además, advierte y aconseja, en fonna mas diáfana.
3. Adagio, que, también próximo al refrán, y de carácter culto, como el
proverbio, quizás se individualice por encerrar un mayor sentido pragmático.
Podría decirse que se caracteriza por su membrana poética, habiéndose dicho
6.
de él que se tratade «un refrán de sangre azul»
4. Máxima, que, también de origenculto, pero ya de autorconocido, suele
ofrecer normas de conducta en tono moralizante yde fondo transcendente, en
las cercaníasde esa otra paremiaque llamamos aforismo.
5. Principio, que, igualmente culto y de autor conocido, pretende erigirse
en modelo de comportamiento o constituir una finalidad, aplicándose tanto a
las situaciones de la vidacomún como a la ciencia.
6. Sentencia, que,también cultayde origen conocido, seidentifica porque
suele teñir a las dos anteriores de sentido filosófico, de transcendentalidad,
otorgando ciertaactitud sabiay solemne ante losavatares de la vida.
7. Apogíema, cuando algunas de estas tres últimas paremias son célebres
porhaberlascreado un gran personaje o porhaberse desarrolladocomo conse-
cuenciade un hecho famoso.
Debeprecisarse que estas paremias (máximas, principios, sentencias,aforis-
mos, apogtemas), cultastanto por suongen comoporsuscontenidos yformas de
expresión, alpasarel tiempo, no alazarsino siempregracias aciertas cualidades
poseidasdeformayfondo, puedenacercarse a las paremiascultas o popularesde
origen anónimo. Desde ese momento, relegado yasu origen y con independencia
de la voluntaddel autor que las creó, convertidas unas, bien en dichos populares
orefranes yconsejas obienenfrases proverbiales o adagios, seadentran, almar-
gen de laescritura, en elterreno de laoralidad disputando estecampo a las locu-
ciones propiamente populares. Se trata, por tanto, de laconcreción escrita, atra-
vésde sus cultos portavoces, del pensamiento o visión del mundo de la clase
propietaria, pero con la especificidad de que, además, reúnen las condiciones
para que, olvidado su origen, circulen y se conserven, con variantes más o
menos acusadas,al margende los restringidos circuitosdel pensamiento culto,
extendiéndose alos más amplios círculos del analfabetismo o niveles de alfa-
betización más bajos.
6Cfr. Calvo Sotelo, J., Introduccióna Martínez ICleiser. L.. Refranerogeneral ideológico español,
Madrid, 1989,p. VII.
Fuentes oralesyactitudesromanasantelafamilia 73
7, como «nudos en el amplísi-
Son, según las palabrasde E. Tierno Galván
mo tapiz del saber» que, asentados enfórmulas de autoridad, seofrecen como
saber consolidado por una opinión común. Son como abreviaturas clarividen-
tes del saber, del pensar, conocer y sentir de toda la comunidad y ahíradica,
precisamente, su autoridad. Su uso retórico pretende arroparseen la experien-
cia intelectual y moral detodala colectividad advirtiendo, amonestando ydiri-
giendo las conductas a través de una insistente llamada a lo establecido, a lo
permanente, a lo que no puede cambiarse sin incurrir en graves riesgos para
uno ypara todos. Porello,las paremiasaludidas constituyen «excelentes testi-
monios del contenido y sentido dela culturade quien las dijo y del tiempo en
que sedijeron»8 y, también, no se olvide, la frecuencia desu uso admonitorio
implica la posibilidadde vigencia de actitudes contestatarias con lo estableci-
do y permanente, que haría necesario sus nuevos enunciados.
No es fácil calibrar; hoy, en un mundo marcado, afortunadamente, por el
relativismo intelectual y la contestación, el indudablealcance retórico de unos
usos orales afianzados y sostenidos por un saber y por unaexperiencia que se
tienen por incontestables. Pero al margen del papel que desempeñaran en su
época, loque noes poco y yajustificaría suestudio, aquí interesan,sobre todo,
por loque expresan,porla medidaen quepueden ayudara lacomprensiónde
aquellas sociedades.
Todos los estudiososestándeacuerdoenquehoy, en lospaises desarrollados,
se asiste a la irremediable desaparición del universo paremiológico, siendo su
espaciorápidamenteocupado porotrasformas decomunicación.Perovalelapena
avisarde queno debe incurrirse en elgravísimo errorde valorarel alcance de las
formas de expresión de otros tiempos apartirdesu transcendenciaenla actuali-
dad,porque talcarencia deperspectiva noharíasino impedir la comprensiónhis-
tóricade las sociedades. Por eso, vale la pena recordar, una vez más, que en un
mundodominado porlacomunicaciónoralel valorde losenunciados paremioló-
gicos hubode revestiruna importanciacapital. Deahíque su tratamientono sólo
puedaconvertirse en unelemento másparael estudio de lasociedad que los pro-
dujo,como dijeraCombet9, refiriéndose aotrasépocas, sino que deba introducir-
se necesariamente paraun conocimientomenos parcial de las mismas. Existen,
desde luego, suficientes referencias10 de que el fenómeno paremiológico ya
Introduccióna Aurea ficta. Dichosyproverbiasdelmundoclásico, Sel. deE. Valentí,Barcelona,
1990,7.
tlbid.. 15.
9 Combet,L.,Recl,erchessurleRefranerocasillían,Paris, 197t,338, dice.«Lesproverbcs,unl’asouvent
dit,constituensundocumentdechoixdontlinterptetationpeut pennetred’étudiersousunéclairageinséressant
etpaifoisnouveaulardalitéobjectived’unesociétéhumaine~unmomentdonnédesondevenirhistorique».
lOCfr., leraciBio,A.M.,«Leconceptdeparoimía:proverbiurodanslahauteellabasseantiquité»,en
Richessedaproterbe. París, 1984, vol.It, 83-1II: Le Bourdelles,H., «Lesproverbeset seursdesignations
dans les langues antiques’, Richesse..., II, 115-119;Kindstrand, .1. F., «The Creek Concept ofProverbs,,,
Eranos, LXXVt. 1978,71-85.
74 Juan Cascajero
suscitó, positivamente,laatencióndelaescrituracultatanto griegacomoroma-
1 Los rasgos fundamentales para su definición habrían sido ya apuntados
na ~.
por Aristóteles12: antiguedad-intemporalidad-universalidad, eficacia-utilidad,
veracidad y concisión. Rasgos que habrían de ser seguidos, desarrollados y
apuntalados por otros pilares del pensamiento culto griego y romano, como,
por ejemplo, Demetrio Falero (Eloc., 156), Cicerón13 oQuintilianot4.
Naturalmente, lo que convierteaun enunciado en paremia no es tanto lo
acertado oprofundo de sus contenidos cuanto su aprobación, su éxito, su popu-
laridadlogradas. Yello seproducesiempreenrelación tantoconel modoenque
su mensaje es capaz de atender y expresar puntos de vista suficientemente
amplioscomoenrelación con elmodoenque suforma, por su ritmo,su humor,
su brevedadresulta gratayfácilmente recordable15.Pero noes fácil, sin embar-
go, ni laidentificación ni lavaloración de lapopularidad, y, en consecuencia,de
la importancia,de cada unade ellas, existiendo siempreampliasdosis desubje-
tivismo en la tarea de aquellos que, encomiablemente, se han preocupado de
recogerlas. Así lo demuestra el variopinto panorama ofrecido por los distintos
II ParaAristóteles, según SinesiodcCirene (Cali’., 22,85, C).tras lascatástrofes periódicasquedes-
truyenelmundo, lospocossupervivienteshandeservirsedelos mitosydelos pocosrestosquelesqueda-
bandelaantiguasabiduríafilosóficaperdidayconservadosenformadesentenciasyproverbios(véase,lera-
ciBio, «IIconcettodiparoimíainAristotele»,Retid.Acc.AcM. Leen eDell. Art. Nap., 1978, LIII,235-248;
Natali,C.. «La teoriaaristotelicadelle catastrofi»,Rit Fil, eItt.Class CV, 1977,403-24). Ensucomenta-
rio,Sinesioconcedevalor alasparemiasenfuncióndesuantiguedad, insistiendoyaenquelosantiguosles
concedían másvalorque suscontemporáneos(Calv., XXtl,85,d).Para Aristóteles,los rasgosquela defi-
nenson suantiguedad, su contenidofilosófico,sueficaciay, enfuncióndelasexigenciasdesumemoriza-
clon, su formaconcisa. Asípues, si sucontenidoesfilosófico ylaFilosofía esdefinida,en suMetafísica,
comobúsquedade laverdad (993 a30)ycienciade laverdad (993 b 20),este rasgodc veracidad parece
incontestableyasíloentendieron,entreotros, Sófocles(AJ. 664),Teofrasto(CItar,, XXIX,7),Cicerón (De
Fin., II, 11)5), Elio Aristides (Gr.. II, 393) y Quintitiano (Insí., V, 11,41), quien vinculasu capacidadde
supervivencia con la veracidadque encierra:Neque eni,ndurassertt haecin aeternum. nisívera omnihus
viderentur.Otrorasgoque seleotorgaessueficacia-utilidad, enlazado,poralgunostestimonios,con lapro-
piaetimologiadel término«paremia».Así,Diogeniano(Praef enC.PC.,1, 177)afirmaqueenotrostiem-
,
posloshombresescribíanalo largodelasrutas(pará toúsolmaus)másimportantes,todoloquejuzgaban
útilparaprestarayuda aquienesporallípasaran. Enelsentidode utilidadnodejaríandeinsistirBasiliode
Cesarea(Hom., XII,2),oAtanasio(Sino¡í.Scrip.Sucr., 1,XtV,22),paraquien «sedenomninanasílasparoi-
ni/al,porqueestánescritasalolargodeloscaminoscon elfinde mejorareinstruiralos viajeros:se esen-
benalolargodeloscaminosporquenotodoelmundoconocelosdiscursosverdaderos(toástéalethelas);
deeste modolosviajerosquereflexionan sobreloqueleensoneducados»,Otra líneadeinterpretación eti-
mológica,yaenunciadaporDiogeniano(Praef en CFC., 1, 178),lavinculaconlaalegoría,puesmuestra
,
unaideaómoía,semejanteaaquelladelcontexto. Elproverbioseríauntrópos atravésdelcual severifica-
ríaundiscurso,puesreenvía aunaverdadreconocidaportodoel nundo, delo quederivaría suincontesta-
bleautoridad.
‘Quien, además,segúnDiógenes Laercio(y,45)habríapreparadounacoleccióndeproverbios.
3Defin.. II.52;De0ff, II,55,dondedice Omninomeminissedehemus ídquodo nostrishominibus
saepiss¡nmeusurpa¡uni 1aminproverbiiconsue¡udinemvenit; Tusc.. IV,36yDe Orat.,II,258,porejemplo.
4lnst., V, ll,36;V, tl,37;V, 11,41.
5Esosrasgosson,entreotros, algunosdeloselementosquesirven parasuidentificación.Como,tam-
bién,suevolución posterior,loque nosólojustificaríasuseguimiento,sino queloharíaobligado.almenos,
durantelaEdad Media.
Fuentes oralesyactitudesromanasantelafamilia 75
16 ocolecciones de expresiones y dichos de la Antiguedad, en los que
thesauri
losdistintos editores mezclan,sin individualizar suficientemente, diversos tipos
deparemias, introduciendo, incluso,algunas que claramente no lo son.
III
Este trabajopretende, y hepreferidohacerlocon criterios amplios, ofrecerel
específico tipode paremias que sonlas máximas ysentencias referidas alámbi-
to familiar en el mundo romano. Sus argumentos, sin que pueda precisarse su
extensión y popularidad, pudieron transcender, sin duda, los estrechos círculos
cultos de laclase propietariaparaalcanzarunamayor difusión e incluso llegara
rivalizarenel propio terreno de laoralidad cuotidianacon esosdichos, refranes,
cuentos, canciones ofábulas,tambiéndisputados, pero, desde luego, máscerca-
nos, por su origen y contenidos, a los grupos populares. Su acción, su eficacia
ideológica, no se limitaría ya, básicamente, ala autosatisfacción-justificación-
legitimación de las opciones del propio grupo emisor, sino que podría, dada su
difusión, alcanzarese terrenocomúndela oralidad, almargen delas intenciomes
de sus creadores,disputandoelcontrol deesemedioalosgruposnopropietarios.
Sin entraren precisiones conceptuales sobreel significadode lafamiliaen el
ámbito romano, no ofrece dudas ni asociólogos ni aantropólogos ni a historia-
dores laconsideracióndelafamiliaylaspeculiaresrelaciones, internasyexternas
que elparentesco establece, comounelemento decisivo a lahorade comprender
las condicionesde existencia de los hombres ymujeres dela AntigUedad.
Las paremias que se ofrecen17, sin que puedanconsiderarse completas y
reconociendo que su recopilación responde a condicionantes subjetivos, Po-
drían agruparse, según sus contenidos, delsiguientemodo:
I~ Cfr., por ejemplo.Curotto, E.. Monumenta sapien¡iae. Thesaurus sentenziaruin, Ilirio, 1930; De
Mauri,L.,5000proverbiemotiflatintFloressenten;iarum. (Raccoltadi5000sentenzeeproverbiemotti
latinidiusoquotidiano, Milán, 1967;Fumagalli,F.. tApelatina. Dizzionarettode2948sentenze,prover-
bi, moíti,divise,frassielocuzianelatine, Milán, 1969;Binder,W.,Novas Thesaurusadagiorumlatinorum,
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llenero Lorente,V., Diccionariodeexpresionesyfraseslatinas. Madrid, 1992;Merminod,Y, Expresions
et Proverbeslatines, adagesjuridiques, Neuchátel, 1992.Naturalmente,estetipodecoleccionesmodernas
resultan insuficientes,enrelacióncon losobjetivosmarcadosaquí,porloquehandeseratendidosesosotros
coleccionistasantiguos más omenoscreativos,como PublilioSiro,Cecilio Balbo,Catón,ValerioMáximo,
CurcioRufo, etc., asícomo,aunqueensegundotérmino,elrestodepensadores delmundoromano.
7Algunasdeellashan sidocompletadasconlarefefenciaarefranescastellanos. Sufinalidadnocon-
sisteenatinnarun paralelismoerudito,sino enconstatarlasposibilidadesdeextensiónysupervivenciade
cadaunidad(comopruebao, almenos,comoindiciodequeyacontenían,dehechooengermen, losele-
mentosquelahabríanpermitidoconvenirseenparemia). Naturalmente,lasreferenciasnoson,nilopreten-
den,completas.Consúltense,paraello, losrefraneros delosdistintos paises,porejemplo,entre otros:Art-
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Madrid, 1961;BubIdeFaber,C., Cuentos, adivinanzasyrefranesespañoles,Madrid, 1877:CampoyBarre-
76 Juan Cascajero
1. Unidades paremiológicas que destacan la importancia de la familia,
con las que deben relacionarse aquellas otras que descubren sentimientos de
cariño y elogio a lacasa propia y de amorpor las cosas de cada uno.
2. Máximas y sentencias que ofrecen consejos para el desarrollo de un
buen matrimonio.
3. Existencia de una misma naturalezaentre padres e hijos.
4. Constatación, igualmente, de los lazos irrompiblesque, pornaturaleza,
unen a padres e hijos, asícomo consejos para establecer una relación correcta
entre ellos.
5. Constatación de los vínculos positivos reinantes entre los hermanos,
así como recomendaciones al respecto.
6. Constatación del afecto mutuo existente entre familiares, así como
consejospara mantenerlo.
7. Asesoramiento al padre de familia paraque, conmano firme, dirija y
mantengaunida y sana la familia de acuerdo con las responsabilidades que la
sociedad le confía.
8. Consejos al padre para que mantenga una actitud correcta, en general
de firmeza, con respecto a los hijos, y recomendaciones de cariño, obediencia
y sumisión a loshijos conrespecto a los padres.
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Fuentes oralesyactitudesromanasantelafamilia 77
9. Conciencia de los litigios que pueden amenazar la convivencia entre
marido y mujer, culpando de ellos a los vicios que acompañan, inexorable-
mente, a la condición femenina.
10. Consejos al marido con respecto a la mujer ya ésta con respecto al
marido.
Desde luego, la primera forma de sociedad, la más importante y decisiva,
estáen el matrimonio mismo:
Prima societasin ipso coniugio est.
(Cic., De 0ff, 1, 17, 54).
Por eso, la domus, elhogar, expresión y concreción de los bienes materia-
les y espirituales de la familia, como también la propia familia lo supone, se
considera el bienmás sagradoy más dignode serpreservado porlos preceptos
de la Religión de cuantospuedan rodearse los hombres.
Quidestsantius, quidomne religionemunitius, guamdomus unius Cuisque
civium?
(Cic.,Ad. Pont.,41, 109).
Relacionadas con estas sentencias que, por su contenido, deben conside-
rarse nucleares en el pensamiento de la clase propietaria romana,está la evo-
cación significativamente teñida de connotacionesreligiosas de lapropia casa.
Ni/ii! sanCtius, nec omni religione sanetius guam domus uniuscuisque
ClvIum.
(Cic.,Pro domo sua, según De Mauri, op. cit., 82.).
Por eso, incluso el padrede familia debesometerse a las obligaciones que
impone dirigiryserresponsablede su familia, poqueél mismodebe mirarsólo
por la dignidadde la domus yno servirse parafines propios de una institución
18.
que le transciende
Ornanda est dignitasdomo, non domo tota quaerenda: necdomo dominus
sed domino domus notanda est.
(Cic.,De 0ff, 1,39, 139)’~.
‘5Noesobjetivodeestetrabajolaatenciónjurídicadelafamilia.Ctr. noobstante,Digesto, 50, 16.
9Enrelaciónconestamáxima, elaforismomedieval:
Necdomas ornatadorninumnecpictadecorat
seddomusestgrata,quan,,noribushospeshonorat(Walter, 16186).
78 Juan Cascajero
Resulta frecuente, en inscripciones bien visibles en las casas señoriales, la
sentenciaque evoca el nexo entre domus yquies:
Parva domas, magna qutes.
Se traía de un sentimiento que, una vez más, expresa Cicerón cuando se
pregunta:
Quae est domestica sede iucundior?
(AdFam., 4,8,2).
Lo que no dejade ser respondido:
Nullus est locus domestica sede iucundior
(Herrero, 5726)20
21.
Domuspropia, domus optimo
(Herrero, 2189)
Condición que, sin embargo, puede verse amenazada por graves y bien
definidos peligros:
Sunt triadamna domas: imber malafemina,fumus22.
(Herrero, 8452)
Con la devoción por la propia familia, con el amor por su casa, podrían
relacionarse un conjuntode paremias que, evocando la atracción de cadauno
por sus obras y cosas, debieroncircular ampliamente tanto en sus formas ori-
ginales como introduciendo algunas variantes.
Auctor opus laudar.
(Ovidio, ExPonto, 3, 9, 9).
Omnes sibi melius essemaluntquam a/ten.
(Terencio, Andria, 2, 5, 15).
20 Existenmúltiplesrefranescastellanosenel mismosentido,v.g.: ‘mientras enmi casaestoy, reyme
soy»;igualmente,«acadapajarillo,legustasunidillo»; «micasaymihogar,cien sueldosval»; «micasay
mimadre, másqueel restodelmundovalen»;«chicaesmicasilla,perovalemásquetodaSevilla»;«dicho-
soelgolondrinoquebabitaensunido»:«micasa,mi mesay mimujer,todomimundoes»;«en suolivoel
mochuelo, se tiene por reydel universo»; «¿con quéseñorío ymajestad, canta el galloensu muladar?»;
«pájaroquecagaelnido,nodebíahabernacido».
21 «Micasaymi hogarcien doblasval»; «másvalehumodemicasa,quefuegodelaajena»;‘más vale
humodemichimenea,quelumbredelaajena».
22 «El humo, la mujery lagoteraechanalhombredesucasafuera»,«tres cosasechandesu casaal
hombre: elhumo, lagotera ylamujer vocinglera»; «casahumosa, goteraenojosaymujercontenciosa,no
haypeorcosa».
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